Inicio Política Nacional Argentina está dejando de ser blanca: crece la preocupación cultural

Argentina está dejando de ser blanca: crece la preocupación cultural

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En los últimos años, el crecimiento sostenido de nacimientos de bebés mestizos —es decir, hijos de argentinos con personas migrantes de países limítrofes— ha comenzado a ser tema de análisis en distintos sectores del Estado.

Un problema de fronteras

Lo que comenzó como una tendencia localizada en las provincias fronterizas del norte argentino, hoy se replica con fuerza en el conurbano bonaerense, especialmente en partidos como La Matanza, Florencio Varela y José C. Paz. Según datos preliminares del Ministerio de Salud y registros hospitalarios provinciales, se estima que entre un 30% y un 40% de los nacimientos en hospitales públicos de frontera (en Salta, Formosa y Jujuy) corresponden a parejas mixtas. Sin embargo, la sorpresa para muchos es que ese mismo porcentaje comienza a detectarse en maternidades del primer y segundo cordón del Gran Buenos Aires.

¿Debemos preocuparnos?

«El aumento de nacimientos mestizos refleja una transformación demográfica que el Estado argentino no termina de asumir ni de planificar”, explica la socióloga María Eugenia Montiel, del Centro de Estudios Migratorios del Conurbano. “Muchas veces se mezclan fenómenos culturales, económicos y sanitarios que, al no estar debidamente gestionados, derivan en tensiones sociales”.

Los hospitales públicos no sólo advierten una sobrecarga de turnos, sino también dificultades para la atención perinatal de madres sin cobertura, con problemas de documentación o barreras idiomáticas en casos de migrantes quechuahablantes o guaraníes.

Impacto educativo

En el ámbito educativo, docentes de nivel inicial y primario comienzan a detectar nuevas demandas en relación a identidad, lenguaje y pertenencia cultural. “Tenemos aulas con chicos que nacieron en Argentina pero no se sienten parte, o cuyos padres directamente no hablan español”, cuenta una maestra de la zona de San Francisco Solano.

El fenómeno también tiene una arista política. Mientras algunas organizaciones exigen más recursos e inclusión, otros sectores plantean la necesidad de actualizar los criterios de residencia, ciudadanía y acceso a beneficios sociales. “No se trata de discriminar, sino de ordenar y cuidar los recursos de todos”, sostuvo recientemente un legislador provincial en el marco de un debate por la saturación del sistema de salud.La discusión recién empieza, pero lo cierto es que el mapa humano de la Argentina está cambiando. Y con él, también sus desafíos más urgentes.

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